Desde los anales de la historia,
el ser humano se ha preocupado de tener una vida ideal, con el
mayor confort y lo más desahogada posible.
Parece que el objetivo
prioritario era que pasasen los años sin quebraderos de cabeza, con los menos
problemas posibles y con ello tener lo que llamamos una buena vida.
A día de hoy eso sigue pasando. Como
antaño sigue habiendo las clases sociales y ese clasismo alimentado por parte de
muchos. Todos ellos que son denominados “clasistas”, miran por el encima del
hombro a los demás que no son de su misma clase social.
Seamos quien seamos, todos
tenemos algo que nos pertenece, nuestra vida. Algo personal e intransferible
que solo nosotros podemos vivir y manejar. Pero la pregunta desde que tenemos
uso de razón puede ser una o muchas: ¿Qué hago con mi vida?, ¿cómo la vivo?,
¿con quién? o ¿lograré cumplir todo lo que me proponga?
Sea como fuere, está bien
plantearse diversas cuestiones a lo largo de nuestros días. Pero si nos damos
cuenta, nuestra vida podría asemejarse bastante a un partido de tenis.
Seguramente haya personas que
nunca han visto un partido de tenis. Si se les preguntase, te responderán que
es un deporte en el que juegan dos o cuatro jugadores, con raquetas, pelotas y se
disputan puntos.
Pero los que si sepan en qué
consiste ese fantástico deporte, entenderán este artículo a la perfección.
Como comenté antes, el juego
consiste en que un jugador se disputa con otro los puntos mediante una raqueta,
pelota y un terreno en el que jugar ya que no todo es válido. Además contamos
entre ambos jugadores con una red que delimita nuestra parcela de juego.
Pues bien nuestra vida es un
partido de tenis en el que nosotros (jugador) tenemos el control de todo
nuestro juego. Pero jugar no es fácil, tenemos obstáculos (red).
La vida consta de factores que
nos hará jugar más o menos cómodos (oponente), un entorno que en función de
cómo juguemos nos facilitará las cosas o nos las pondrá más difíciles (superficie
del campo y público), y hará que nuestro camino vaya mejor o peor dirigido
(pelota).
Pero no nos podemos olvidar de
que para esto tenemos armas para defendernos en la vida (raqueta) y en función de
lo creyente que seamos y de la religión, tendremos un Dios que a veces nos dará
su bendición o nos castigará (árbitro).
Muchas
veces nos complicamos la vida. Una buena educación de pequeños y unas
influencias positivas harán que entrenemos nuestra personalidad, nos formemos
como persona y ante todo sepamos afrontar situaciones difíciles porque las fáciles
se afrontar con naturalidad y sin miedo a nada.
El nuestra sociedad actual, nos
dejamos guiar por el egoísmo, el interés, el consumismo, la independencia, la
envidia y ante todo, entre otras muchas cosas, el dinero.
Buscamos ser felices teniendo
todo lo material y así poderlo sustituir por lo sentimental. Esto es más cómodo
de conseguir pero conlleva que dejemos en segundo plano muchas cosas esenciales
para la vida. Cosas que, sin ellas, no podemos competir en nuestro partido de
tenis. Elegir este camino, deriva en fracasos, que tiremos la toalla a las
primeras de cambio, estemos confundidos, perdidos sin saber qué hacer y sobre
todo no consigamos lo que el ser humano ansía durante todo el periodo de su
vida, la felicidad.
Nosotros somos los únicos que
podemos elegir como vaya el partido. Bien desde el principio, igualado, mal y
que sepamos remontar o perder y morir siendo infelices y dejando la mayoría de
nuestros sueños y prioridades sin cumplir.
Al igual que en el deporte, nadie
puede hacer tu trabajo, conseguir tus logros o alcanzar tus metas. Solo
nosotros somos los únicos que tenemos la llave para conseguir o dejar escapar
todo.
Haz las cosas bien y te irá bien,
si las haces mal, te irá mal. Puedes no conseguir el mejor de los puestos de trabajo, una pareja estable, tener
una economía desahogada, etc pero si serás feliz contigo mismo, tendrás la
conciencia tranquila y estarás orgulloso de lo que consigas sea más o menos.
Con todo esto no quiero dar a
entender que la vida sea fácil, no. Nunca mejor dicho podemos calificar a la
red de nuestro campo, de nuestra vida. Los obstáculos que nos encontramos en ella, muchas
veces, nos atrapan de tal forma que podemos ser víctimas de ellos mucho tiempo.
Día a día alrededor nuestra
encontramos infinidad de ejemplos que plasman los problemas y obstáculos para
ser felices. La salud bajo mi punto de vista es el más grave. Podemos padecer una enfermedad que, en algunos casos, podría ser crónica por lo que nos acompañaría
el resto de nuestro partido agravando un esfuerzo físico o mental. También tener
una mala educación o formación por el motivo que sea nos influenciará en muchas
etapas de nuestras vidas no dejándonos evolucionar.
Y como estos ejemplos, muchos más...
Si lees esto, espero que esto te ayude o te guíe algo en esas dudas
que muchas veces tenemos todos. Nada es perfecto en la vida, y si lo es, acabará
tarde o temprano. Disfruta de todo lo que la vida te da y actúa antes de
tiempo, antes de que sea demasiado tarde y sientas que no eres el dueño del
partido porque recuerda esto: “cuando lo malo se multiplica, lo bueno escasea”.
Tú decides a que facción pertenecer…
Os dejo un vídeo con la esencia del tenis y que el protagonista es Rafael Nadal, claro ejemplo a seguir. Observen como lucha, como consigue sus propósitos que es ganar puntos y que difícil son conseguirlos ante poderosos oponentes y cuando lo consigue lo celebra con orgullo y alegría. Todo lo conseguido con esfuerzo se disfruta más y mejor.